Te conocí en mi alegría.
Te marchaste sin decir adiós dejándome en agonía.
Hiciste de mis días lo mejor de mi vida.
Los besos que mis labios
con dulzura te daban,
fue por convicción de amor
y nunca por aventura.
Mientras tú rechazabas mis besos
por amor al odio,
por amor a recibir los fingidos de otro.
Tonto fui yo sin darme cuenta.
Me creí un tigre y resulte un gato
que moría a tu lado.
No me di cuenta de tu engaño
al pensar que me llegarías a amar.
Ingenuo fui al creer en ti,
no hice caso a tus desplantes.
Estando a tu lado
mi presencia te incomodaba.
Yo estaba ausente en tu alma.
Ahora todo cambia,
del amor al odio hay un solo paso;
tú ya pasaste esa línea hace rato.
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