Desde niño fui construyendo
un castillo de ilusiones.
Diseñaba un portal de esperanza
donde según yo,
alcanzaría la dicha de vivir
sin temor a nada.
Ahora mis miedos
me atacan en manada.
Hoy a mis años
todo ha sido fracasos.
Mis planes nunca se realizaron.
Solo me quedan mis obras escritas
dentro de un paraíso de mentiras.
Me queda solo mi temor al amor,
el único sobreviviente
cuando se quemó mi castillo de ilusiones.
Mil lágrimas de desengaño
inundaron mi portal,
en él mis esperanzas yacen ahogadas.
La vida mía se había formado
en un paraíso lleno de mentiras,
creyendo algún día ser feliz de por vida,
todo eso fue mentira.
Solo mi tristeza y mi soledad son verdad.
Aquí está el paraíso de mentiras,
no hay sol ni luna,
no existe el día ni la noche;
solo yo y las mentiras son verdad.
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