Pierdo lo poco que tengo
sin haber jugado una apuesta.
Pierdo mi alegría en el momento
más dichoso de mi existencia.
Perdí mil batallas
sin saber contra quién luchaba.
Ahora que quiero ganar mi felicidad,
no tengo armas con que enfrentar.
Pierdo mi fe, no sé que hacer;
si luchar contra ti o luchar por ti.
Es mi anhelo, pero tendría que convencerte
si tú misma me estas hiriendo.
Gano dolor por tu indiferencia,
si yo quiero ganar
esta guerra no declarada,
es un reto para mí ganarme tu amor
sin importar el sufrimiento
que esta guerra me ha despertado.
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