Siempre tengo la costumbre de ir al cementerio por lo menos una vez a la semana. Soy ateo, más tengo la necesidad de visitar a mis seres queridos, así este parado frente a sus nichos, no rece ni les diga nada, pero me pongo a recordar el cariño y los momentos que vivimos en familia.
Este articulo quizás solo sea interesante para mí, pero igual lo escribo porque quiero compartirlo para quien guste leerlo.
Al estar en el cementerio, antes me hacia la pregunta, ¿Qué hay más allá de esto? Pero ya sé la respuesta, nada, toda nuestra vida termina aquí encerrado en un cajón a esperas de que alguien se acuerde de ti y te ponga flores.
Una vez, entre tragos, les dije a mis hermanos “el día que yo muera no quiero flores en mi nicho, no quiero misas, rezos ni responsos, porque no lo voy a sentir, estaré pudriéndome en un cajón, solo desearía que vayan para que me recuerden, aunque nunca lo sepa”.
He perdido en estos 30 años, a muchos familiares, y la pérdida que más me afecto, fue la de mi tía, hermana de mi papá hace 2 años, la quisimos mucho. Cuando me voy al cementerio siempre me pongo a pensar, ¿Quién sería el próximo? Y por dentro deseo que sea yo, que el próximo sea yo y nadie más de mi familia, menos mis padres.
¿Por qué? mis hermanos tienen sus parejas y sus hijos, y mis padres nos tienen a nosotros, sus hijos y sus nietos. Yo, si mañana muero, no dejo deudos, no tengo pareja ni hijos quien me llore, no tengo vida. Claro que a mis padres les dolería pero les quedaría 3 hijos y sus nietos por quien seguir.
En cambio, si uno de mis padres muere mañana, mi vida se derrumbaría, no tendría motivos para luchar, el solo hecho de pensar que eso tiene que pasar inexorablemente algún día, me duele.
Hace poco mi padre cumplió 62 años, adicto al cigarro y espero que siga con muchos, muchos años más, mi madre tiene 56 tiene gastritis y problemas con los huesos; ellos son mi vida, los adoro, son mis dioses. Maldición! no tengo a quien pedírselo, solo debo cuidar de ellos, más mi deseo esta en ser yo el próximo y no ellos.
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