Ermitaño me perpetuo en mi cuarto,
sin ganas de escribir
sin ganas de tener ganas.
Vago en mis sueños
y no puedo escapar
sin verte en ellos.
Ni dormido ni despierto
mis ojos dejan de ver
la anatomía de tu belleza juvenil.
No logro huir del embrujo
de tu mirar que me hipnotiza
hasta caer en la dislalia.
Sentenciado mi corazón está
sin cometer dolo alguno
a no amar nunca más.
Lo cierto es que te amo
aunque no quiera aceptarlo.
Si de ti me alejo,
tienes ese algo que como imán
me jala a tu lado.
No sé si me amas o me quieres,
no me animo a preguntártelo,
solo sé que, lo que siento… es amor
Y no me atrevo a anunciártelo,
Te amo sin querer aceptarlo.
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