No creo en los milagros, creo en las causas que originan los fenómenos.
No creo en los mentirosos, creo en la gente que se cree las mentiras.
No creo en brujerías, creo en la maldad de la gente que lucra para hacerle daño a los demás.
No creo en los mitos, creo en los cuentos que mi madre me contaba cuando era niño.
No creo en la verdad de tu dios, creo en la ignorancia de tu religión.
No creo en el paraíso celestial, creo en la tierra que me da el pan, creo que nuestro planeta es el paraíso, no hay otro más.
No creo en el infierno, creo en las atrocidades, en la crueldad de los infelices que odian al mundo y hacen de nuestra tierra un infierno.
No creo en la justicia divina, y menos creo en la justicia del hombre, creo en el hambre, en la miseria y en la violencia que hay en los pueblos.
No creo en la fe, creo en el conocimiento que la ciencia nos da.
No creo en dioses, religiones ni en los paganos, creo en la verdad, esa es mi filosofía.
No creo en los sacerdotes ni en pastores, creo que hay pederastas y violadores que celebran misas y otros buscan a sus víctimas en sus templos o por las calles con biblia en mano.
No creo en los políticos, creo en una democracia justa para el pueblo y por el pueblo.
No creo en los conservadores, creo en el liberalismo; todo cambia, la sociedad, la cultura, las ideas, el conocimiento, estamos y seguiremos estando en constante desarrollo.
No creo en la virginidad ni en la castidad, creo en el sexo libre, el sexo no se llama moral, el sexo es una necesidad.
No creo en el pecado, creo en mi conciencia.
No creo en la ética, creo en la moral.
No creo en ángeles ni en demonios, creo en que hay hombres buenos y malos.
No creo en fantasmas, creo en las alucinaciones, la psicosis y otras enfermedades mentales.
No creo en las promesas, creo en las buenas intenciones sea poco o mucho, lo importante es que lo hizo.
No creo en las cartas, el zodiaco ni en la suerte, creo en el trabajo, en el esfuerzo que hacemos para salir adelante, el hombre mismo escoge su destino.
No creo en la igualdad, creo en la ignorancia de la gente que le gusta discriminar.
No creo en las palabras, creo en los hechos.
No creo en la biblia ni en otros libros sagrados, creo en la historia, la ciencia y la verdad.
No creo en las leyes impuestas por políticos a la sociedad, creo en mis principios y en mis valores.
No creo en las creencias, creo en las certezas.
No creo en el futuro, creo en el presente que vivo y trabajo pensando en el mañana.
Nunca creas en los que te obliguen a creer desde tu infancia, solo debes creer cuando realmente estás seguro en lo que crees. Y cuando estés seguro de lo que crees, ya no creerás porque estarás seguro de lo que sabes.
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