De tus ojos nace el mundo
que yo tanto sueño
en mis noches de desvelo.
En tu mirada no existo.
Me ves por lo que soy
y yo te miro con ojos de soñador.
Si voy por un desierto
y al final encuentro una fuente,
prefiero de sed morir
si en ella no hay gotas de ti.
Tengo la carne oscura,
tú, mi ángel... la blanca.
Si tu corazón tiene casta,
el mío solo sabe amar
sin distingo de credo o raza.
Te quiero amar en un lecho,
donde sea, con mesura o con locura,
de la forma que quieras...
solo el amor nos impondrá las reglas.
Me gustas por lo que no eres,
te amo por lo que eres.
Te odio en tu ausencia
porque te extraño más de lo que crees.
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