viernes, 25 de mayo de 2012

Sentado en mis recuerdos


Un domingo de primavera
en una tarde cualquiera,
me miré en un espejo,
me di cuenta que no era
el mismo de siempre…
en mi rostro
ya no se dibujaba la esperanza,
mis ojos ya no veían
el mismo mañana.

Al mirar al espejo
vi que el tiempo
estaba a mi espalda
robándome poco a poco
la juventud que me quedaba.
El tiempo pasa
y cada vez que amanece
le tengo miedo al mañana.

Veo a mis sobrinos crecer,
a mis amigos con sus compromisos
y yo, sentado en mis recuerdos.
No tengo mucho que contar
y si mucho que recordar,
si algún día llego a viejo
lo primero que vendrá a mi mente
es a mi eterno amor imposible… tú.

Mi corazón es un libro abierto
donde no hay páginas
que no este escrito tu nombre,
con tintas, lágrimas y alegrías.
Si de viejo llegara a morir
allí encontrarás todo lo que no te pude decir.
Mientras, seguiré editando mi libro,
el tiempo seguirá robándome tiempo,
pero tú mi amor… nadie te robará
de mis recuerdos.

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