Te envié muchos mensajes
de amor sin remitente,
pero no los escribí,
solo fui intermediario
de mi pobre corazón
perdido en el anonimato.
Tengo tanto amor
escondido en cada órgano,
en cada célula de mi cuerpo
que no podría caber el infinito.
Quizás ya sepas mi identidad
entre tantas cartas y poemas,
cómplices de mi amor callado,
que no menciona quien soy.
Lo sabes, me lo dice
tu mirada tan tierna
como inquisidora,
que me acusa sin justicia previa.
Si lo sabes, no me digas nada
que no sea igual o peor
que el puñal de tu indiferencia.
Solo quiéreme u olvídame,
estoy sin derecho
a pedirte más que eso.
Quiéreme como el día
no puede vivir sin el sol,
u olvídame igual que el odio olvido
que un día fue feliz,
o el anciano olvidó sus recuerdos.
Quiéreme como te quiero yo,
no importa si es poquito,
igual seré feliz
si un gramito de tu corazón
sabe que existo.
Si me llegaras a querer
por fin podré ver
el color verdadero del cielo,
porque antes de ti
hasta el arco iris lo veía negro.
Si me olvidas…
mi tristeza se tomará
mis propias lágrimas.
Si soy menos que nada en tu vida,
yo te deseo toda la dicha
que me fue negada.
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