Llegan las aves
del frío norte y se posan
unas en las copas de mi árbol,
otras en las ramas
de mi vieja parra.
Si ellas vienen aquí,
es porque en mi tierra nace el sol,
y en verano las lluvias mojan
los besos de los enamorados.
En verano, en mi cálida ciudad,
el sol quema mis noches
y vuelve caliente mis deseos de tenerte.
Fue en verano que toque tus deseos
y te hice mía, y tú me hiciste tuyo
por vez primera.
Desde entonces nos pertenecemos
en las cuatro estaciones.
¿Ves los pajarillos en el viñedo?
Recordar me hacen que contigo conocí
el amor verdadero.
No fue un amor pasajero de verano,
pasajero es el verano;
pero tú, mi amor,
eres mi pasajera permanente,
quedaste en mí para siempre.
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