Hola, hoy te escribo como si
fueses mi ex novia cuando nunca te di un solo beso. Mis labios te deseaban
desde el primer día que osaste aparecer en mi vida, me quede prendado de ti
como un niño se enamora de su cachorro.
Todos los días me preguntaba
¿Dónde estarás? Tengo hermosos recuerdos de ti aunque más sean los malos
recuerdos que me lleven a este resentimiento que dejaste en mí. Recuerdo tus
miradas, tu forma tan dulce de hablar, el lacio de tus cabellos tan oscuros y
brillantes como la más hermosa de las noches, recuerdo tu caminar tan sexy y un
cuerpo coqueto que robaba muchas miradas perversas.
Me parecías un ángel en
cuerpo de mujer, todos te deseaban y yo te amaba, me mordía la boca para no
gritarlo, mi amor por ti era un secreto y ya todos sabían de mi sufrimiento
imparable por culpa de mi mirada que me delataba.
Te amé todos los días sin
tocarte y más en las noches cuando besaba a mi almohada alucinando que eras tú,
dormía y me despertaba contigo estando tú en otra ciudad. Me formé un castillo de ilusiones pensando en
un día que no llego jamás, me imaginé una noche llena de estrellas frente al
mar al morir el alba, allí a tu lado para decirte “te amo”, me ilusioné con eso
beso que siempre soñé y nunca fue. Ya todo eso no importa más.
Me callé todo este
sentimiento por ti, por tus indiferencias, por tu vanidad, por creerte una niña
consentida. Tú pensabas en tu príncipe, yo pensaba solo en ti, mi chica ideal,
la futura madre de mis hijos.
Te escribo esta carta que
nunca leerás, ¿Con quién estás? ¿Qué estás haciendo? No lo sé, te fuiste donde
nadie te esperaba más que yo. Te escribo estas letras vanas de amor solo para
desahogarme sin esperar nada, porque eso fueron todos mis poemas para ti, nada.
El tonto fui yo por
ilusionarme de un amor que siempre me miró con indiferencia y desprecio. Te di
mil regalos y no recibí consideraciones de tu parte, te hice mil favores pero
nunca te escuché decir “gracias”.
Me llamabas cuando necesitaste
auxilio, me tenías allí siempre que mencionabas mi nombre para solucionar tus
apuros; y en tus mejores momentos, en tus cumpleaños, en tus días especiales mi
nombre no estaba en tu lista de amigos e invitados.
Tuviste cientos de pretendientes
y yo fui uno de ellos, mas fui el único que nunca te habló de amor. Hoy me doy
las gracias a mí mismo porque nunca te declaré mi amor, no por tímido, sino
porque me di cuenta a tiempo que no eras digna del inmenso y sincero amor que
por ti sentía, porque no quería sumar en tu estadística personal, ser uno más
en tu lista a quienes con soberbia haz rechazado. No te dije que te amaba por
dignidad porque me amo más mí, no merecías ni una sola gota de mis lágrimas.
Eres hermosa, nadie te lo
niega y todos te contemplan, pero nadie te admira porque dentro de ti tienes tres
enemigos que te harán infeliz en el futuro, tus enemigos son: la vanidad, la
superficialidad y la inmadurez.
Ese con quien estás no es
mejor que yo, ambos se merecen por ser iguales, ese hombre cumplirá tus
caprichos, yo solo podía darte rosas, peluches y ofrecerte mi amor, pero
escogiste al mejor postor como si el amor fuera un juego. Lo mal que me pagaste
en el pasado, él te lo cobrará en el futuro.
Decirte que te amo es ya una
mentira, sin embargo, no puedo evitar odiarte porque el sufrimiento que me
hiciste pasar no se lo deseo ni al hombrecillo que está contigo, ese es el pago
que tengo que asumir por olvidarte.
Afortunadamente no eres la
única mujer, en el mundo hay más y mejores que tú que si saben valorar un amor incondicional.
Te digo adiós y si algún día
nos encontramos, por favor, no me saludes porque desde que me ofendiste,
dejaste de ser mi amiga.
Adiós.
Wow que inspirador, he leído unas pocas entradas que has hecho, y de verdad si tienes unos pensamientos muy profundos!.
ResponderEliminarTe invito a que veas mi blog, talvez no sea de tu agrado, pero creo que eres tolerante y respetas. :)
hola amigo, gracias por tu comentario, es una carta que escribí inspirado en mi experiencia personal, y claro que visitaré tu blog. Saludos
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