Estoy encerrado entre cuatro paredes
donde solo el silencio me gobierna,
no puedo evitar que mis pensamientos
tengan nombre de mujer, y mi amor,
tu dirección y tu destino.
Tanta gente que me dice
palabras y palabras,
según ellos son consejos,
pero solo a las voces de mi alma
les doy fe y crédito.
Escucho mil gritos en la calle,
escucho mi gritos en clase,
escucho mil gritos en mi casa
que me bajan de mis nubes
si yo estoy bien en tierra.
Solo estando en mi cama
puedo escuchar el silencio de la noche,
es mi alma quien me habla.
No hay mejor consejo
que escuchar en silencio
las voces del alma,
con una conciencia pulcra y clara.
No puedo evitar
que mi amor te nombre
hasta el desvarío,
pues con voz autoritaria
grita que te ama.
No quiero más bulla
que estoy al borde de la locura,
solo quiero escucharme a mí mismo
entre mi sabana y mi almohada,
quiero escuchar tu voz
que viene dentro de mi alma.
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