viernes, 9 de noviembre de 2012

Mi madre se llama amor


No necesito esperar el día de la madre para escribirle a la creadora de mis días esta carta. Para ti viejita que sufriste al parirnos 4 veces, sufriste viéndonos crecer y hoy sigues sufriendo por nosotros, premiando nuestras obras y castigándonos por nuestras faltas.
Sabes muy bien que a mi padre lo amo tanto como a ti, y aunque muy pocas veces hablo, muy pocas veces te he dicho “te quiero”, bien sabes que mi vida y mi universo son ustedes dos. Tus hijos han crecido con valores que nos enseñaste desde niños, hoy ellos han sembrado y cosechado sus frutos, tus nietos. Tus hijos han volado del nido hace tiempo como los pajarillos, menos yo. Al principio cuando empecé a tener independencia vire mi barco hacia otros mares para encontrar mi bienestar, porque sabía que mis hermanos estaban con ustedes, ahora que ellos han partido, me he quedado contigo y con mi padre. Sé que no estoy cumpliendo con mi destino y no es que yo no tenga alas, las tengo y bien puestas y sé volar muy bien pero no me resigno a dejarlos a ustedes dos solos. Mi hermana vive lejos, mi hermano mayor viene poco y mi otro hermano vive con problemas que a te atormentan más que a tu nuera.
Hoy sigues joven pero ya padeces los males de una viejita de base 8; que tu columna, tu gastritis, que tienes osteoporosis, tus vistas, y ahora tu cálculo a la vesícula, encima tienes que echarte en la espalda los problemas con tu mamá y los problemas de tus hijos sin contar que a veces tienes que lidiar con mi papá cuando discuten hasta por cosas muy tontas sin importancia, todo eso me da rabia… ¿Cómo puedo irme buscando mi propio aire? ¿Cómo puedo dejarte en casa si en los últimos años solo tienes más dolencias que calmas? No he sido el mejor hijo y tampoco el peor, pero soy el único que te queda libre mas no quiero tomar mi libertad para dejarte en soledad con tus males. No soy hablador cuando estamos en casa, para eso es buena mi hermana que desgraciadamente está a mil kilómetros de distancia, sé que me sientes ausente aun cuando estoy sentado a tu lado almorzando, pero estoy pensando en ti todo el tiempo, soy callado lo sé, pero yo me preocupo más por ti que todos mis hermanos… Aunque no me sientas tu confidente me sé tus secretos y más las cosas que te duelen, todos tus dolores los siento en mi cuerpo y en mi mente.
No tengo novia, no tengo compromisos, no tengo hijos, y mientras que yo viva en tu techo, eres mi compromiso… no quiero que te preocupes por cosas que no dependen de ti, no quiero que llores por cosas que no merezcan tus lágrimas, no quiero que sufras por tu hijo ingrato, aquí estoy yo quien necesita de ti como un niño de 5 años… y tú me necesitas más de lo que me puedan necesitar mis amigos que han olvidado a sus madres.
Me enseñaste a amar también a tener dignidad por sobre todas las cosas, me enseñaste que el olvido es mejor que la venganza pero también a que luche por lo que es mío, por lo que es justo. Tú y mi padre nos dieron educación no solo para tener una carrera, sino para ser más inteligentes y así defendernos en una sociedad tan hostil e ignorante. A pesar que no pudiste estudiar secundaria, nos enseñaste que no hay mejor herencia que la educación llena de valores.
Soy ese hijo, el que menos puede ofrecerte, el que menos te ha dado, el que menos tiene en la vida; a ti mi amor no te pido nada ni a mi padre porque no sería justo de mi parte, no lo valgo… mi única exigencia es que sigas conmigo por mucho tiempo porque te amo tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario