No necesito esperar el día
de la madre para escribirle a la creadora de mis días esta carta. Para ti
viejita que sufriste al parirnos 4 veces, sufriste viéndonos crecer y hoy
sigues sufriendo por nosotros, premiando nuestras obras y castigándonos por
nuestras faltas.
Sabes muy bien que a mi
padre lo amo tanto como a ti, y aunque muy pocas veces hablo, muy pocas veces
te he dicho “te quiero”, bien sabes que mi vida y mi universo son ustedes dos.
Tus hijos han crecido con valores que nos enseñaste desde niños, hoy ellos han
sembrado y cosechado sus frutos, tus nietos. Tus hijos han volado del nido hace
tiempo como los pajarillos, menos yo. Al principio cuando empecé a tener independencia
vire mi barco hacia otros mares para encontrar mi bienestar, porque sabía que
mis hermanos estaban con ustedes, ahora que ellos han partido, me he quedado
contigo y con mi padre. Sé que no estoy cumpliendo con mi destino y no es que
yo no tenga alas, las tengo y bien puestas y sé volar muy bien pero no me
resigno a dejarlos a ustedes dos solos. Mi hermana vive lejos, mi hermano mayor
viene poco y mi otro hermano vive con problemas que a te atormentan más que a
tu nuera.
Hoy sigues joven pero ya
padeces los males de una viejita de base 8; que tu columna, tu gastritis, que
tienes osteoporosis, tus vistas, y ahora tu cálculo a la vesícula, encima
tienes que echarte en la espalda los problemas con tu mamá y los problemas de
tus hijos sin contar que a veces tienes que lidiar con mi papá cuando discuten
hasta por cosas muy tontas sin importancia, todo eso me da rabia… ¿Cómo puedo irme
buscando mi propio aire? ¿Cómo puedo dejarte en casa si en los últimos años
solo tienes más dolencias que calmas? No he sido el mejor hijo y tampoco el
peor, pero soy el único que te queda libre mas no quiero tomar mi libertad para
dejarte en soledad con tus males. No soy hablador cuando estamos en casa, para
eso es buena mi hermana que desgraciadamente está a mil kilómetros de
distancia, sé que me sientes ausente aun cuando estoy sentado a tu lado
almorzando, pero estoy pensando en ti todo el tiempo, soy callado lo sé, pero
yo me preocupo más por ti que todos mis hermanos… Aunque no me sientas tu
confidente me sé tus secretos y más las cosas que te duelen, todos tus dolores
los siento en mi cuerpo y en mi mente.
No tengo novia, no tengo
compromisos, no tengo hijos, y mientras que yo viva en tu techo, eres mi
compromiso… no quiero que te preocupes por cosas que no dependen de ti, no
quiero que llores por cosas que no merezcan tus lágrimas, no quiero que sufras
por tu hijo ingrato, aquí estoy yo quien necesita de ti como un niño de 5 años…
y tú me necesitas más de lo que me puedan necesitar mis amigos que han olvidado
a sus madres.
Me enseñaste a amar también a
tener dignidad por sobre todas las cosas, me enseñaste que el olvido es mejor
que la venganza pero también a que luche por lo que es mío, por lo que es justo.
Tú y mi padre nos dieron educación no solo para tener una carrera, sino para
ser más inteligentes y así defendernos en una sociedad tan hostil e ignorante. A
pesar que no pudiste estudiar secundaria, nos enseñaste que no hay mejor
herencia que la educación llena de valores.
Soy ese hijo, el que menos puede ofrecerte, el
que menos te ha dado, el que menos tiene en la vida; a ti mi amor no te pido
nada ni a mi padre porque no sería justo de mi parte, no lo valgo… mi única
exigencia es que sigas conmigo por mucho tiempo porque te amo tanto.
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