Cuando paseo lerdo por los parques,
que envidia me da ver a las parejas
predicándose amor entre los árboles.
Siento nostalgia entrar en un templo
cuando los novios
se juran amor ante su dios.
Si voy por las calles,
yo veo en dúo a todos y a mí,
me ven solo.
En mi caminar me siento acompañado
de mi propia sombra,
si es de noche, de las estrellas
no me gustan su mirar.
En mi humilde hogar tengo la dicha
de tener el calor familiar.
Contar con una mano amiga
quizás me llene de paz,
pero mi corazón me da pena
porque brinda lo que nadie le ofrece.
Mi corazón me da pena,
da todo sin pensarlo
y nunca pide nada a cambio.
Ayuda sin ser auxiliado,
orienta y más cuando él está perdido.
Ama y aunque lo hieran
ama con más intensidad.
Me da pena mi corazón
que siempre sueña
pero sus sueños siempre se rompen
cada vez que despierta
viéndose solo entre cuatro paredes.
Me da pena mi corazón
que se llenó de amor
y alguien lo vació de tristeza.
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