Tú me desprecias por ser feo,
yo te amo por ser bonita,
inteligente y tan linda.
Yo te quiero porque la felicidad
vive en tu sonrisa,
tú me ignoras porque en mi rostro
solo calla la tristeza.
Tú para mí lo eres todo,
mi sol en mi tormenta.
Yo para ti soy menos que nada,
menos que el cero en tu extraña matemática.
Tú para mi eres mi agua en mi sequía,
Eres ese beso soñado
que nunca ha llegado a mis labios.
Yo para ti soy el sinónimo
de un amigo que no es enemigo,
que parece amigo
pero que no quieres verlo en tu camino.
Yo para ti soy la letra “H” en tus palabras,
tengo menos valor
que un billete falso en tu cartera.
Amor mío, si para ti soy invisible a tu lado,
Te preguntas ¿Por qué te insisto tanto?
Y… no, te equivocas, no te insisto, no te ruego,
no te mendigo lo que nunca encontraré en ti.
Déjame ser feliz así,
no tienes el deber de amarme,
pero no tienes el derecho
de prohibirme que te ame.
No me mires, no me hables;
prohíbeme tu amistad,
prohíbeme que respire;
pero no que deje de soñar,
que escriba tu nombre en una bella poesía,
porque no podré evitarlo.
No me pidas que no te escriba, que no te vea;
son cosas que no puedo ni quiero evitarlo.
Me alejare de ti físicamente,
pero mi amor no podrás matarlo.
Su espíritu
esta en pena y vive con tu indiferencia.
Yo para ti soy el gris de tus días,
Tú para mí eres el azul que pinta mis mañanas.
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