¡Ay cariño mío!
tú piensas que estoy confundido.
Yo te respondo que hace mucho
deje de ser un niño.
Mis sentimientos son tan claros
como un espejo recién comprado.
Lo tengo claro, sé que te amo,
si tirito tu nombre
en mis horas tristes y vacías.
Estoy seguro que te amo
porque esos ojos de mirada tierna,
y exóticas tuyos;
me hacen perder mi seguridad
cuando trato de hablarte.
Y yo quiero hablarte de amor,
de ese amor que uno sueña,
se espera, se gana, se pierde
y no regresa más.
¿Cómo no estar seguro de este amor?
Al besarte en la mejilla para saludarte,
algo pasa en mí que no llego a explicar;
solo sé que me llevo ese beso
como un sello que no borra el agua.
Acercarme a ti ya lo siento peligroso,
me veo feo delante de tu belleza,
pequeño ante tu grandeza de mujer dulce.
Y estoy tan lejos cuando no puedo
hablarte de amor estando tú a un metro.
No hay cabida para la duda o confusión
cuando está el amor de por medio.
Si se ama es porque se ama
y yo te amo porque te amo.
No hay razones ni explicaciones,
no me reclames ni me reproches.
No me pidas que te aclare nada,
solo te puedo entregar amor, más nada.
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