viernes, 6 de septiembre de 2013

Discusión entre un ateo y un sacerdote.

Ayer me preguntó un sacerdote ¿De qué religión eres?, de ninguna, soy ateo – Le respondí.
Me dijo: ¡hereje, tienes que creer en alguien!
Muy bien, si estoy obligado a creer en un ser superior, voy a ser creyente de Zeus. Por lo menos Zeus comparte su divinidad con otros dioses y diosas, no es egoísta ni egocéntrico, no tiene libro sagrado, no obliga a orar, ni obliga a pagar por sus bendiciones, no le corta la cabeza a nadie por herejía o por tener otro credo, no amenaza con un infierno por no cumplir sus ordenes, y no tiene líderes religiosos que se hacen ricos con la fe… voy a adorar al dios del rayo.
¡¡Estás loco, enfermo. Zeus no existe!! ¡Solo es un personaje de la mitología griega! – Me gritó
Tiene razón. Entonces, ya somos 2 locos y enfermos, yo por pensar en creer en alguien que forma parte de una mitología, y usted por adorar a las imágenes, rezarle y orarle a dioses paganos que solo existen en la mente de los hombres que viven engañados.

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